ACTUALIDAD
EDEA: Medidores que no miden, facturas infladas y un servicio que roza el abandono
La empresa distribuidora de energía eléctrica EDEA S.A., que presta servicio en varias localidades de la Provincia de Buenos Aires, vuelve a estar en el centro de las críticas por parte de los usuarios.

Esta vez, no solo por los reiterados cortes y la inestabilidad del suministro, sino por el funcionamiento —o la falta de él— de sus medidores «inteligentes», dispositivos que, en teoría, deberían enviar automáticamente el consumo real a la empresa pero que, en la práctica, no registran correctamente la información, generando facturas elevadas e impagables.
Mientras las tarifas aumentan sin control, el servicio se degrada cada vez más. La empresa EDEA S.A., se burla sistemáticamente de los usuarios, amparada en un sistema que no la controla y una red de impunidad que deja a los ciudadanos completamente desprotegidos.
Medidores “inteligentes” que no funcionan y sirven para cobrar más.
La instalación de los llamados medidores inteligentes prometía modernización, precisión y transparencia. Pero en la práctica, se convirtieron en el instrumento perfecto para la estafa a los usuarios. No miden, no registran, no informan. Los usuarios no pueden verificar su consumo, no acceden a datos en tiempo real y son víctimas de facturaciones arbitrarias que no tienen ningún sustento técnico ni legal.
Los nuevos medidores, supuestamente “inteligentes”, no brindan información clara ni accesible al usuario. No hay forma de saber cuánta energía se consumió, ni se puede auditar la lectura que realiza la empresa. En muchos casos, las facturas se calculan por “estimación” —un término que se ha convertido en sinónimo de abuso—, generando dudas más que certezas.
Los ciudadanos no pueden seguir pagando tarifas abusivas por un servicio deficiente. La energía no puede ser un lujo.