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La mitad de las veredas en General Alvear están en mal estado
El mal estado de las veredas es una constante fuentes de quejas. A diario se puede observar en General Alvear peatones que caminan con mucha cautela esquivando roturas en ocasiones producidas por las raíces de los árboles que rompen las baldosas y otras simplemente por falta de mantenimiento del frentista. Caminar entre baldosas flojas, escombros y suelo irregular, puede tornarse peligroso para los peatones
Vecinos de General Alvear se quejan por el pésimo estado que exhiben las veredas de la ciudad tanto en el casco céntrico, en los barrios y en las periferias y alegan que es un problema recurrente en donde ya han presentado varios reclamos, sin respuesta, ni solución alguna.
Para ello, existe normativa municipal que el frentista debe cumplir que es la Nº 1506/09 en donde reglamenta sobre la responsabilidad de los frentistas con sus veredas y establece la responsabilidad absoluta del vecino frentista en lo referente a construcción, mantenimiento y conservación de veredas.
La responsabilidad no es solo de la Municipalidad de General Alvear, sino que hay otra figura que aparece como responsable del mantenimiento y guardián de las veredas, que son los frentistas. Ellos deben mantener en buenas condiciones la superficie de la vereda que se extienden sobre la propiedad. Es de suma importancia que se haga cumplir la normativa vigente a los propietarios a realizar la reparación integral y mantener el buen estado de conservación de las mismas.
El mal estado de las veredas resulta una cuestión de seguridad pública, ya que las veredas rotas, por reparaciones, levantamiento por raíces de árboles o defectos de construcción por pendiente transversal entre otras situaciones pueden producir accidentes a los peatones; situación que se agrava para aquellas personas con dificultades de motricidad y baja visión.
Vecinos denuncian que en calle en donde se encuentra el nosocomio local es imposible la circulación en donde allí frecuentemente asisten personas con movilidad y visión reducida, personas con discapacidad, personas usuarias de sillas de ruedas que no pueden circular por las veredas, debiendo circular por la calle, con el riesgo que ello presupone.
Por otro lado esta situación muchas veces incluye a padres o abuelos con carritos de bebés y personas mayores, con o sin bastón también se encuentran en situación de riesgos innecesarios, por las veredas deficientes.
Otro punto en donde las veredas presentan un estado de deplorable es la escuela N° 1 “Sarmiento” un establecimiento educativo en donde concurren un porcentaje alto de personas entre niños y adultos.
Como vecinos, debemos comprender que las veredas accesibles representan un signo de conectividad social, por lo cual no podemos hablar de la humanización del espacio público, sin garantizar veredas accesibles y seguras para todos. El poder circular por las veredas en forma segura es un derecho de todos porque veredas accesibles son veredas seguras.